Bareando por la ciudad, callejeando, entro en
el bar de mi amigo Paco “Asas”, y al coger una servilleta, los bigotudos las
usamos mucho, leo en la misma “Todavía
creo en mirar a los ojos”.
Una
frase que me hace sentir y que ratifica algo que llevo dentro de mí muchos años.
Hay personas que no miran a los ojos
cuando hablan, otras sí. En una mirada hay mucho y es que te lleva de una forma
directa al pensamiento, al corazón, si
sabes interpretar esa mirada a través de esos ojos. Puedo contar un millón de anécdotas
de ver mirar a los ojos. Con más de 32 años como docente, y algunos más en la
vida, he visto muchas miradas de mis
alumnos y de muchas de gentes en momentos
graves, esperanzadores. Miradas festivas, pícaras, intuitivas, académicas,
rutinarias, de dolor, de soledad, de resignación, del día a día… de asombro. Por una mirada veo
si hay confianza en la persona, si dice
la verdad, y sobre todo el estado anímico de la misma.
Si la mirada está ausente puede haber
falta de lealtad y de franqueza.
He sabido que cuando se brinda hay que
mirar a los ojos de los que tienen la copa en la mano, haciendo así más
efectivo e intenso el momento del brindis en el que siempre hay un deseo. Las
copas con el chin, chin, las miradas en los ojos.
Finalmente hay otras miradas, las de
la oscuridad. En este caso suele ser un beso el que te hace llegar a esa
persona.
Es parte d la letra d una canción d Juan Carlos Baglieto...cantautor argentino♥️
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