martes, 16 de octubre de 2018

RECUPERACIÓN DEL HUMILLADERO DEL SANTUARIO DE LA VIRGEN DE LA CABEZA


INFORME PARA LA RESTAURACIÓN DEL HUMILLADERO DE NUESTRA SEÑORA DE LA CABEZA
Antonio Cea Gutiérrez.
Profesor de Investigación, Emérito.
Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Madrid.
            La importancia del Humilladero, en el entorno del Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza (Andújar), y la necesidad y urgencia de su restauración nos llevan a formular algunas consideraciones sobre la importancia cultural y socio-religiosa de ese patrimonio en peligro, que excede la consideración de lo sólo local y comunitario, pues creo, con razón, que tiene una categoría nacional.

                 El rango de excepcionalidad de todo lo relacionado con la devoción, antigüedad, historia, tradición y arte  que se contiene sobre Nuestra Señora de la  Cabeza en ese paraje andujareño, pienso que  debe ser privilegiado entre lo privilegiado con calidad de excelencia.
Los Humilladeros en la Península en general y en particular el conservado  casi a la entrada del santuario de La Cabeza -preservados como  arquitecturas herederas del culto clásico a las divinidades viales, ahora con culto cristiano a la imagen del Crucificado-  son  espacios donde los caminantes y peregrinos se arrodillaban para orar pidiendo protección espiritual en los viajes, o dando gracias por haber llegado sanos a sus destinos; en este caso concreto, también para purificarse antes de acceder a la presencia poderosa y taumatúrgica advocación de la Cabeza.


En los textos literarios, las pinturas, estampas y medallas donde se describe este famosísimo  santuario, uno de los principales de la Península durante los Siglos de Oro, aparece entre los elementos más destacados de ese paisaje y Monte Santo la ermita del Humilladero.
             Dentro del conjunto paisajístico de naturaleza y arte del Cerro del Cabezo sobresale el propio Santuario que lo corona y el Humilladero (ahora necesitado de urgente  restauración y consolidación), con algunos elementos muy particulares, dentro  de las características de  los de su serie y época, arquitecturas que han de mantenerse en el nivel mayor de conservación.

 ¿Qué son  los Humilladeros?
           En el Diccionario de Esteban de Terreros, de 1787 lo define como capilla, ermita, edificio o lugar con alguna cruz o imagen, que suele estar a la entrada de los  lugares para hacer oración.
                        En el Diccionario del castellano tradicional, el Humilladero es un lugar de devoción o ermitilla situada a la entrada o salida de los pueblos o en un cruce de caminos; la imagen que más predomina es la de Cristo en la cruz.

             El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española de 1992, se define Humilladero como lugar devoto que suele haber a la entrada o salida de los pueblos y junto a los caminos, con una cruz o una imagen.
 
Perviven aun los humilladeros en muchos pueblos de nuestra geografía, existiendo estas cruces también junto a los santuarios o lugares devocionales por ser un lugar de oración y de penitencia. En el marco urbano tenía como misión ser el punto final de los Vía Crucis, expresión latina con que se denomina el camino señalado con diversas cruces que se recorren rezando en memoria de Jesús en su camino hacia el Calvario, de ahí que muchas de estas cruces de Humilladero se denominen Calvarios. Tal vez la más famosa sea la Cruz del Campo en Sevilla del año 1536.  El Marqués de Tarifa estableció la Cruz del Humilladero al final del recorrido que hizo Jesús hasta el Gólgota, pero trasladado a Sevilla al final del Vía Crucis que partía desde su palacio, la casa de Pilatos, por coincidir la distancia entre ambos puntos con la que, según él, había entre el pretorio de Poncio Pilatos y el Calvario, es decir el recorrido que hizo Jesús camino de su crucifixión pero en Sevilla.                 
         El diccionario del castellano Tradicional sigue al de la Real Academia puntualizando que puede ser una “ermitilla como lugar de devoción”. El Diccionario del uso del Español de M Moliner “sitio con una cruz …”
         Juan Eslava –en su libro La Madre del Cordero, Planeta 2016- nos dice “Alrededor de los monasterios solía haber humilladeros o pequeñas ermitas, apenas una cruz con un tejadillo protector …”

         Perviven aun los humilladeros en muchos pueblos de nuestra geografía, existiendo estas cruces también junto a los santuarios o lugares devocionales por ser un lugar de oración y de penitencia. En el marco urbano tenía como misión ser el punto final de los Vía Crucis, expresión latina con que se denomina el camino señalado con diversas cruces que se recorren rezando en memoria de Jesús en su camino hacia el Calvario, de ahí que muchas de estas cruces de Humilladero se denominen Calvarios. Tal vez la más famosa sea la Cruz del Campo en Sevilla del año 1536.  El Marqués de Tarifa estableció la Cruz del Humilladero al final del recorrido que hizo Jesús hasta el Gólgota, pero trasladado a Sevilla al final del Vía Crucis que partía desde su palacio, la casa de Pilatos, por coincidir la distancia entre ambos puntos con la que, según él, había entre el pretorio de Poncio Pilatos y el Calvario, es decir el recorrido que hizo Jesús camino de su crucifixión pero en Sevilla.  

                                          Tipología típica de un Humilladero



           El nombre de humilladeros está en la toponimia repartida por media España debido a la importancia que tuvo.

           Andújar tiene su Camino del Calvario. En 1902 partía del cruce de la calle el Arroyo con la de los Hornos y tomaba dirección NE, entonces toda esta zona no estaba urbanizada y era campo; el camino del Calvario fue adaptándose a la ciudad según esta crecía. En la actualidad el Camino del Calvario es la calle que continua a la calle Ruiz Picasso en el polígono de la Puerta de Madrid, siguiendo la dirección original. No se conservan las cruces de los misterios ni el humilladero.

 

                             Humilladero de la Cruz de Campo en Sevilla




            Otros humilladeros de Castilla-León

                     Las cruces de los Humilladeros y los Calvarios proliferaron en la España del siglo XVII como consecuencia de la Contrarreforma de la Iglesia Católica acordada en el Concilio de Trento (1545-1565). Lugares de oración, reflexión y penitencia.
 
Santuarios y lugares de peregrinación

           Lógicamente, los santuarios y lugares de peregrinación fueron lugares idóneos para ubicar los Humilladeros. El Santuario de la Virgen de la Cabeza en Sierra Morena tuvo uno por ser lugar para orar y redimir las culpas por los pecados, “humillarse” ante el poder de Dios y para ponerse en presencia de la Virgen. Así lo vemos en cuatros elementos gráficos relevantes y uno literario.
             Uno en el tondo de la reja del santuario (ahora también basílica) lado de la nave principal, magnífica obra de rejería del siglo XVI, de los rejeros sobrinos del Maestro Bartolomé de Salamanca, Juan Rodríguez y Bartolomé Gómez, que en 1564 reciben el encargo por parte de la Cofradía Matriz de la Virgen de la Cabeza. En dicha imagen aparece descrita por José Domínguez Cubero[1] en donde hace ver “el desaparecido templete del Humilladero”. Efectivamente entre la Virgen y el pastor, al lado de la cabeza de éste, se ve el Humilladero de cuatro columnas o postes que sostienen una cubierta a cuatro aguas o abovedada.


[1] “El Valor Icónico de la Reja del Santuario de la Virgen de la Cabeza” del libro “La Virgen de la Cabeza. Iconografía y Culto Popular. Varios Autores coordinados por Juan Vicente Córcoles de la vega. Andújar 1996.
 

                              Reja del Santuario


          Dos, el dibujo grabado del Panegírico Historial de N.S. de la Cabeza de Sierra Morena, de Manuel Salcedo Olid, de 1667, en una de sus páginas de introducción aparece esta ilustración con la procesión que transcurre desde la plaza por la calzada del cerro, y cerca del Santuario, por donde va la cabeza de la procesión, se ve el Humilladero con su tipología ya descrita.

 
Parte superior del dibujo del Salcedo Olid                            

Detalle del Humilladero


Tres, en el magnífico cuadro que hay en San Andrés de Jaén, obra anónima de la segunda mitad del XVII, en donde se describe la Romería –la magna procesión del domingo último de abril- con todo detalle; la obra está protagonizada por la Virgen de la Cabeza y el pastor arrodillado, pero detrás, en un segundo plano, todo el lado derecho está ocupado por la procesión desde la plaza del poblado, calzada arriba, hasta la llegada al santuario. Pues bien, al final, en la misma cúspide, junto a la última casa edificada, aparece el Humilladero.

                             Cuadro de San Andrés en Jaén.

Cuatro, el magnífico cuadro que se guarda en el Museo Mariano del Real Santuario Basílica de la Virgen de la Cabeza, de la Romería, obra del siglo XVII, segunda mitad –reinado de Carlos II (1665-1700)- cuadro que mereció un magnífico estudio[1]. En el artículo de Enrique Gómez, al hablar de la procesión, ilustra con el detalle del Humilladero, viéndose  su estructura. Antonio Cea en su aportación, al hablar de la arquitectura en el cerro, clasifica al Humilladero como de tipología religiosa.


[1] Cea, A., Frías, R., Gómez, E., Ojeda, JL “La Romería de la Virgen de la Cabeza en una pintura del siglo XVII. CajaSur 1997.
 


 Cuadro de B Asturiano. Detalle

Detalle del Humilladero


El documento literario lo tenemos en la obra de Salcedo Olid; en el capítulo VIII “De lo que pasa el sábado en el cerro de Nuestra Señora de la Cabeça” en la página 285, al hablar de las Vísperas, dice “…. Acabadas las vísperas salen las cofradías para volverse a su tiendas, Y si fue cosa vistosa verlos antes subir , lo es mucho más el verlos volverse a sus puestos, porque salen sin perder el orden,  y en unas peñas algo llanas, que están junto al humilladero cerca de la Iglesia, en competencia unas de otras juegan sus banderas por buen espacio, y en llegando a la plaça toma cada una su vereda, y se va a su tienda. …”
 

Finalidad

        Recuperar el humilladero con su imagen y funcionalidad. Que el Humilladero del Santuario vuelva a edificarse por su sentido e imagen de religiosidad en un sitio de peregrinación mariana. Lugar de oración en contacto con el santuario y la naturaleza. Un humilladero que ha estado en este lugar durante siglos y que la reedificación del santuario por el organismo de Regiones Devastadas en la posguerra no lo tuvo en cuenta.


Ubicación

         Hay que buscar un lugar apropiado intentando que sea lo más próximo al lugar original según los documentos gráficos aludidos. Puede ser en la explanada que se forma en la confluencia de la carretera con la calzada mayor. O en el triángulo que forma la calzada mayor con las dos que van hacia la zona norte del Santuario (acceso al columbario).

Construcción.-
             Muy sencilla atendiendo a la tipología que se acompaña. Sobre una superficie de unos 4 metros cuadrados, un alzado de  cuatro columnas de piedra de granito con basa y capitel toscano, de algo más de  2 metros de altura aproximadamente, unidas por un entablamento que deja ver levemente el arquitrabe, friso y cornisa. Se puede decorar, a modo de escudo o tondo, colocado en los centros de los entablamentos, con las armas de la ciudad de Andújar, simbología mariana (jarrón con azucenas), cruz de la orden de la Santísima Trinidad y simbología  del Parque Natural (una encina).

  Posibles lugares para ubicar el Humilladero

EL HUMILLADERO DEL SANTUARIO DE LA VIRGEN DE LA CABEZA
 José Domínguez Cubero
Doctor en Historia del Arte.  Consejero del IEG. Académico.

              Resulta lamentable que el santuario de la Virgen de la Cabeza haya perdido uno de sus elementos arcaicos más emblemáticos, el humilladero. Son los humilladeros lugares dispuestos, generalmente, en las entradas de las poblaciones o en la inmediatez de los templos expiatorios, donde los devotos se postran ante la cruz u otra imagen sacra para orar, solicitando  favores, agradeciéndolos y dejar los exvotos. Generalmente, tenían forma de templete de cuatro o más soportes, con bóveda o tejado a cuatro aguas, realizados en mampostería de sillarejo, ladrillo, al modo mudéjar, o bien de sólida cantería.
                El que estuvo desde el Medievo en nuestro santuario se ubicaba a la derecha del final de la calzada, inmediato a la altiplanicie donde arranca la pendiente que nos deja en la lonja del templo.  Así se puede observar en las imágenes conservadas del lugar en cuadros de grabados, pintura y rejería. El más antiguo lo muestra la medalla que centra la sobrepuerta de la grandiosa reja que cierra la Capilla Mayor del Santuario, realizada por los hermanos Bartolomé Gómez y Juan Rodríguez de Salamanca en 1564, después siguen tantos otros en estampaciones y óleos. Por cierto que no concuerdan los modelos, el de la reja tiene cubierta cupular y los restantes tejados.
                Hora es ya de que, tras tantos aditamentos como se han hecho en el lugar, pongamos miras en la tradición y resucitemos lo perdido entre lo que, si duda, se encuentra, y con destacada primicia, el llamado humilladero.
                                                                         
                                                                         ASOCIACIÓN AMIGOS DEL PATRIMONIO DE ANDÚJAR



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