viernes, 2 de agosto de 2019

EL BÁCULO Y LA MITRA, SÍMBOLOS DE SAN EUFRASIO

  Dos símbolos se unen en la figura de San Eufrasio: el báculo y la mitra. Dos símbolos sobre su persona y su cargo. San Eulogio (800-857)  en su “Apollogeticum martyrium” narra como San Eufrasio, santo varón, es obispo de Iliturgi, ciudad cercana a Andújar, figurando como primer obispo de la diócesis de Jaén del 62 al 70 d.C. según el episcopologio diocesano. Obispo viene de “epíscopos” que en el mundo romano eran como unos inspectores civiles. Fue San Pablo –apóstol por encargo divino- al que le debe la Iglesia todo su fundamento, y en las primeras comunidades cristianas en Éfeso hace que los “episcopios” rijan la Iglesia de Dios. 



En la carta de San Pablo a Tito da una serie de cómo debe ser el obispo: irreprochable, buen administrador, no debe de ser arrogante, ni colérico, ni borracho, ni amigo de peleas, ni de negocios sucios; debiendo ser hospitalario, amigo del bien, prudente, justo, con dominio de si mismo y guardador fiel de la doctrina cristiana, …” Si ya tenemos al obispo, vayamos a saber de su territorio, la diócesis. Diócesis viene de “diókesis” palabra griega que estaba unida a la administración de la polis, que Roma aceptó y que el mundo cristiano adoptó como organización territorial cuando el cristianismo sale de la clandestinidad. Obispo y Diócesis o lo que es lo mismo cargo y territorio.


             El báculo  es un cayado que llevan los obispos como signo de su función pastoral y que se le entrega en su consagración. En muchas culturas un báculo, un bastón, una vara es símbolo de poder. Recordemos los cetros o las varas de los alcaldes. En nuestra cultura cristiana el báculo puede convertirse en algo vivo como en una serpiente –acordémonos de Moisés ante el faraón- o en una rama florecida –acordémonos de la vara de San José o la de San Pedro en Quo Vadis-. Del cayado o vara del pastor que simboliza a Cristo, se pasa al báculo pastoral de los obispos y de los abades. Tal vez haya una estrecha relación con el Imperium de los magistrados romanos que llevaban un bastón de marfil con una cabeza de águila en su cabecera, símbolo del poder que representaban.
             Según San Isidoro el báculo fue llevado por los obispos desde el siglo VII y posiblemente algunos lo levaran desde el siglo IV a imitación de los magistrados romanos. Solían ser de marfil, hierro, bronce, plata u oro, habiendo báculos que son verdaderas joyas de arte, sobre todo a partir del siglo XII. El báculo tiene su función litúrgica en el desarrollo de los actos religiosos, bien en las celebraciones eucarísticas o en las tomas de posesión del cargo. 

Fe, poder divino, fuerza creadora, todo esto puede simbolizar el báculo.
             Y junto al báculo, la mitra, el otro símbolo. Su nombre viene del griego y significa “banda o turbante” con el que se cubren las cabezas las personas que tienen dignidad episcopal.
        Su origen hay que verlo en el judaísmo ya que los miembros del Sanedrín llevaban cubiertas las cabezas de donde puede venir la mitra episcopal que se encuentran en las miniaturas de los códices del siglo XI, siendo León IX (1002-1054) el que habla de la mitra en una bula. La mitra evolucionó con el tiempo, de un simple birrete hasta llegar a la forma actual que ya la tenemos en el siglo XVI, siendo  uno de los ornamentos propios del orden episcopal, y por tanto es usada en la mayoría de las celebraciones litúrgicas por los eclesiásticos investidos de tal orden.  El Concilio Vaticano II (1962-65) detalló las características de las mitras y de su uso.
           De la mitra penden, de su parte posterior, dos piezas de tela a modo de bandas que descienden por la espalda. Son las ínfulas que pueden ir decoradas con una cruz o con la simbología episcopal. Simbolizan que la enseñanza de la Iglesia Católica está basada en dos pilares escritos el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Para otros simbolizan la Sagrada Tradición Apostólica y la Biblia. La tiara papal también las levaba entrando en desuso desde Pablo VI (1963-78)

         San Eufrasio en la iglesia de San Miguel en Andújar, capilla sacramental, con báculo y mitra.


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