domingo, 29 de mayo de 2016

LA PERSISTENCIA DE LO CLÁSICO EN LA CATEDRAL DE JAÉN



                 “Es un Arca. Un Arca de Luz. Es rectangular como el templo de Salomón. Es el templo de Salomón. La Ciudad de Dios.”
           “Catedral” de Juan Eslava Galán   
 
                                                                                                    
No hay una obra arquitectónica en el mundo que guarde mejor la unidad espacial y líneas arquitectónicas,  a pesar de haber durado su construcción tanto en el tiempo y haber tenido varios maestros arquitectos, así como otros tantos progenitores como fueron los prelados de la diócesis. Un tiempo que abarca desde 1368 hasta el 1801.

        Es la Catedral de Jaén.

         Y esto ha sido debido a la persistencia de lo clásico.
         En 1992 los profesores Lázaro Gila Medina y Vicente M Ruiz Fuentes[1], al hablar de la vida y obra de Andrés de Vandelvira,  echaban en falta una monografía sobre la Catedral de Jaén. Monografía o monografías ya realizadas



[1] Catálogo de la Exposición ARQUITECTURA DEL RENACIMIENTO EN ANDALUCÍA. ANDRÉS DE VANDELVIRA Y SU ÉPOCA  que tuvo lugar en la Catedral de Jaén  entre  el 2 de octubre y el 30 de noviembre de 1992, organizada por la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Jaén.

por el profesor que ha estudiado más y mejor el magno edificio, Pedro Galera Andreu[1].
        La Catedral de Jaén[2] es una obra del siglo XVI, del Renacimiento, del Clasicismo. Un tiempo clave para las nuevas concepciones en todos los aspectos de la vida.
         Todas las religiones han tratado de conceptualizar, de materializar en la tierra el espacio para la oración. La casa de Dios en la Tierra. Un espacio que debe de representar y de concretizar  tierra-cielo, tierra-cosmos, tierra-universo, lugar de la morada de Dios y de todos los dioses. Debe de prevalecer el centro místico: cielo y tierra.

         Templo de Salomón
         Ese templo, al que hay que seguir e imitar será el Templo de Salomón en Jerusalén. El templo de Salomón fue edificado por primera vez por Salomón en el 960 a. C. y su planta era rectangular, hecho que tendremos en cuenta y que no debemos olvidar, así como sus espacios interiores de planta cuadrada y de alzado cúbicos. Según fuentes bíblicas tenía 27 metros de largo, 9 de ancho y 13,5 de altura, espacio interior dividido en tres recintos: vestíbulo, lugar santo llamado Hejal y lugar más santo, el sancta sactorum, algo más elevado respecto a la planta del templo, hecho también a tener en cuenta; aquí se guardaba el Arca de la Alianza.  Nabucodonosor II de Babilonia lo destruyó en el 586  llevándose a los hebreos cautivos. Más tarde Zorobabel logra retornar a Jerusalén con un renovado pueblo judío, erigiendo el segundo templo en el 516 a.C. que Herodes en el 19 a.C. renovaría. Más complejo que el anterior, tenía un patio-jardín y una zona para gentiles,  no dejará de ser su planta rectangular. En el 70 d.C. fue destruido por los romanos, por Tito, teniendo en los foros de Roma, en su arco, una escena con la llevada del candelabro de los siete brazos o menorah. De este templo solamente quedó en pie el llamado muro de las lamentaciones o kotel, perteneciendo a la parte occidental del templo. Es el referente más sagrado para el judaísmo.
        En el templo de Salomón, según Filón y Flavio Josefo, figuraba el cosmos y su interior se hallaba dispuesto con arreglos a esa significación; el altar de los perfumes significaba la acción de gracias; el candelabro de los siete brazos los siete cielos planetarios; la mesa, el orden terrestre; sobre ella los doce panes se identifican con los doce meses; el arca se identifica con lo inteligible[3]. Arquitectos románicos, góticos y renacentistas trataron de repetir el arquetipo del templo de Salomón. Entre 1596 y 1604 se publica en Roma varios volúmenes sobre la hipotética reconstrucción del templo de Salomón basada en los textos sagrados[4].

        A lo largo de la Edad Media el espacio ha sufrido un cambio grande debido a las percepciones religiosas y a su funcionalidad. Las creaciones artísticas,



[1] Galera Andreu, P., “La catedral de Jaén” Everest, León 1983. No podemos olvidar el interesante estudio “La Catedral de Jaén: Unidad en el Tiempo” del arquitecto Antonio Ortega Suca, editado por la Delegación de Jaén del Colegio Oficial de Arquitectos de Andalucía Oriental, 1991.
[2] En el libro de Ortega Suca tengo escrito: “Jaén, diciembre de 1991. Buen libro para despedir el año. Los jienenses no saben aún lo que tienen ¡Una Catedral!”
[3] Davy, M. “Essai sur la Symbolique Romane. París 1955.
[4] Cirlot, J.E. “Diccionario de Símbolos” Ed Labor 1985.


especialmente las arquitectónicas, son portadoras de un mensaje, en cuanto que son obras eminentemente simbólicas[1].
          Los espacios pequeños, pero encantadores, como San Pedro de la Nave en Zamora conviven espacios majestuosos como Santa Sofía en Estambul, y ya en occidente, dentro de la historia del cristianismo, las iglesias del Románico, con sus plantas de cruz latina con girola y ábsides, pilares cruciformes, gruesos muros con contrafuertes en el alzado y bóvedas de arista o de cañón como cerramiento y cimborrios, darán paso a  las plantas góticas, más complejas, cruciformes (cruz latina) pero con un gran desarrollo en la cabecera con girola y capillas en sus ábsides; pilar de haces de baquetones, finos muros con vidrieras, contrafuertes, arbotantes y pináculos en su alzado y cerramiento de bóvedas de crucería y cimborrios en el crucero. El gótico se identifica con el triunfo de la Iglesia tras el renacimiento burgués del XIII, lejos en el tiempo la ruralización del románico con el terror milenario en sus gentes. La devoción mariana, a la Virgen, relevará a la devoción a Cristo. El antropocentrismo ha dejado atrás al teocentrismo. La concepción antropomórfica  del edificio eclesiástico con base de la interpretación  de la Iglesia como cuerpo místico de Cristo[2]. En el siglo XV hay una revisión del gótico, simplificándose sus plantas cuyo ejemplo lo tenemos en el arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón: planta rectangular, basilical con una cabecera de ábside poligonal, quedando la cruz inscrita en el rectángulo.  Este Gótico será el que le de la mano a la Catedral de Jaén.

La Catedral de Jaén

              La arquitectura clásica hunde sus raíces en la Antigüedad, en los mundos de Grecia y Roma, en la arquitectura religiosa de Grecia y en la arquitectura militar, civil y religiosa de los romanos[3].

             LA PLANTA
             Es basilical. Un gran rectángulo. Una planta que nos lleva al mundo antiguo. Cuando Constantino declara libertad de culto para los cristianos mediante el Edicto de Milán en el 313, el cristianismo sale de las catacumbas, necesitando unos edificios para erigir sus nuevos templos;  en los foros de las ciudades romanas –el de Roma era el más importante- se fijan en las basílicas  como modelos para  sus futuras iglesias.



[1] Sebastián López, S. “Mensaje del Arte Medieval” El Almendro Córdoba 1984
[2] Sebastián López, S., op. Cit.
[3] Summerson J. “El Lenguaje Clásico de la Arquitectura. De L.B. Alberti a Le Corbusier” Gustavo Gili SA 1991, 


    Basílica Nova de Majencio en el Foro de Roma. Fijémonos en su alzado y en su planta.  
La basílica era un gran edificio público cuya función principal era el acoger los tribunales de justicia. La primera construida en Roma fue la Basílica Porcia construida en el 184 a.C., a la que le seguirían la Fulvia y Sempronia en el 179 y 170 a.C. respectivamente. En el siglo I a.C. tienen un gran desarrollo teniendo los ejemplos de la basílica Paulli (55 a.C.) y Julia (46 a.C.), y más tarde en el 112 d.C. la basílica Ulpia costeada por Trajano. Todas están constituidas por un gran espacio rectangular dividido internamente por filas  de columnas que formaba una nave central con  naves laterales. En el 306 Majencio comienza a edificar la basílica Nova que terminaría Constantino I en el 313 d.C.[1] La obra es impresionante, con unas medidas de 96 x 65 metros, sus naves laterales estaban cubiertas por bóvedas de cañón perpendiculares a la nave central, más alta cubierta por bóvedas de arista. Muy interesante en su alzado, en la nave central,  las columnas junto a los pilares que servían de apoyo al arranque de las bóvedas de arista. Uno se impresiona cuando se topa con las ruinas de esta obra al recorrer el foro de Roma.
       La planta de la catedral gótica que mantiene Alonso Suarez de la Fuente del Sauce (1500-1520) con capilla mayor destacada sobre la cabecera se cambiaría cuando se desploma el cimborrio octogonal levantado sobre el crucero; la nueva organización espacial buscará la planta de salón más en consonancia con los presupuestos estéticos y espaciales del clasicismo[2].
      Es muy interesante las tipologías de plantas que se dan en los templos en toda la geografía española, en obras comenzadas en el XV y modificadas o terminadas en el XVI, Por ejemplo la catedral Nueva de Salamanca es una ejemplo muy tardío del gótico cuyas obras comienzan en 1513. Aquí la cabecera será plana.



[1] Claridge, A., “Roma, Guía Arqueológica”. Acento Ed. Madrid 1999.
[2] Galera Andreu, P. “La Catedral de Jaén” Lunwerg SL Editores Barcelona, Madrid, México 2009.


Catedral Nueva de Salamanca. En su lado inferior izquierdo la catedral Vieja.

La catedral de Segovia comienza en 1525, la última gran catedral gótica de nuestra geografía, mantienen el modelo de girola en su cabecera, estando implicados los Gil de Hontañón, padre e hijo, en su construcción.
       
                                                

          

           En Andalucía tenemos dos plantas que evocan este concepto medievalista pero con ideal renacentista: la Catedral de Granada y la Sacra Capilla del Salvador de Úbeda.

                                                                                    Catedral de Granada




                                                                               Sacra Capilla del Salvador     

En la catedral de Granada, el primer proyecto es de 1506 debido a Enrique Egas que concibe un templo gótico de clara inspiración toledana. En 1529 Diego de Siloé se hace cargo de las obras, respeta la planta original pero la cabecera ya no es la girola gótica al estar perfectamente unida espacialmente con el resto de la planta basilical de cinco naves. Earl Rosenthal, emérito profesor de la Universidad de Chicago, al conocer la planta de la catedral granadina,  lo califica de un edificio revolucionario en el arte hispano, buscando su antecedente y encontrándolo en la iglesia de la Natividad de Belén, utilizando Siloé un martiryum en la cabecera[1].
    La Sacra Capilla del Salvador está hermanada con la catedral granadina por la planta. Obra también de Siloé es tomada por Vandelvira cuando Siloé abandona la misma respetando la planta, que es una combinación de una rotonda clásica y nave longitudinal con capillas en nicho, siendo uno de los escasos intentos realizados en España por incorporar la idea de la planta centralizada, de concepto neoplatónico, tan en boga en la arquitectura italiana del Renacimiento[2]. La sacristía, de planta rectangular, obra maestra de Andrés de Vandelvira.
          La Catedral de Jaén no será ajena a esta nueva concepción espacial y la fecha de 1525 será clave por la caída del viejo cimborrio medieval y por la muerte del obispo Suarez de la Fuente del Sauce en 1520. Llega a la cátedra episcopal Esteban Gabriel Merino (1523-1535) que deja organizada la financiación de la catedral de cara a su futuro. Nuevos tiempos que marcarán la necesidad material-funcional, e ideológica, de hacer una “nueva” catedral, que cerraba a la vez un tiempo pasado y abría otro cargado de futuro, como muy bien observa el Profesor Galera[3].


[1] Palomero Páramo, J., “Historia del Arte” Algaida Ed. 2001
[2] VV.AA. “Guía Artística de Jaén y su Provincia” Fundacióm José Manuel Lara. Sevilla 2005. Este texto corresponde a Arsenio Moreno Mendoza, director de la obra.
[3] Galera Andreu, P., op. Cit.

                                                 Catedral de Jaén. Planta de Fernando Chueca Goitia

Este futuro de la obra catedralicia, ya con testero plano, dejaba ver una gran planta basilical de cara a su futuro. Un gran rectángulo. Yo veo armonía y proporción. No soy matemático y no sé si este espacio corresponde al rectángulo áureo[1]. Este espacio que dibujó Chueca Goitia en su magnífica obra sobre Vandelvira[2]. Es una planta basilical. Sus espacios interiores como Sacristía, Sala Capitular y Sagrario son también de planta rectangular. Las primeras, bajo la maestría de Vandelvira, condicionan todo el proyecto posterior, como muy bien ve el profesor Galera[3]. El Sagrario es obra de Ventura Rodríguez.



        Sala Capitular
        Fechada en 1556, tiene una antesala cuadrada que comunica a la sala Capitular con el resto del templo catedralicio   por la capilla del testero más



[1] El libro de Ortega Suca ya reseñado es muy interesante sobre este tema.
[2] Chueca Goitia, F., “Andrés de Vandelvira Arquitecto” I.E.G. 1971
[3] Galera Andreu, P., op. cit
  

próxima en el lado de la Epístola, la de Santiago; una Sala Capitular, perfecta y armoniosa, rectangular que mide 14 x 7 metros. Este espacio queda perfectamente articulado y unido con el resto del templo.



        Sacristía

        De planta rectangular como su antesacristía, es el espacio más vandelviriano por excelencia, viendo ya en la disposición de la planta su funcionalidad. Un espacio para la universalidad en el arte de la Arquitectura. Está datada en 1563 en la portada y en 1564 en su interior. Sacristía y Sala Capitular forman un conjunto de lo más importante de la arquitectura del siglo XVI[1].

         Sagrario
         Con la construcción del Sagrario por Ventura Rodríguez (1764-1800), se concluía todo el espacio catedralicio ideado por Vandelvira en 1553 con las realizaciones de la Sala Capitular y Sacristía, como dice el profesor Galera “con el proyecto del Sagrario no sólo se concluía un elemento auxiliar de la catedral, sino la catedral misma en su conjunto, obra del Sagrario que resulta fundamental tanto por estática como por estética”[2]. El arquitecto madrileño equilibra perfectamente la planta de la catedral al igualar su espacio con el de la Sala Capitular y Sacristía juntas. De nuevo el rectángulo para acoger el espacio central oval, sacristía en la cabecera y vestíbulo a sus pies.


     ALZADO

     Soportes. El pilar de la Catedral de Jaén se ajusta a la idea original en su conjunto, según el profesor Galera Andreu, puntualizando que “es el más elegante y mejor proporcionado de toda la serie del siglo XVI en Andalucía oriental”[3].
     Es un pilar cruciforme con pedestal cuadrado,  con cuatro semicolumnas con capiteles de orden corintio compuesto –bellísimos- que se corresponden en el muro en forma de semipilar. Este soporte vandelviriano lo vemos ya en la iglesia conventual de Santa María Magdalena en La Guardia en 1542.
      Sobre el orden compuesto, Vitrubio, tratadista del siglo I a.C., no describe este orden que combina elementos propios del Corinto con el jónico. Probablemente surgió posteriormente con respecto a los otros órdenes,  pues el primero que lo menciona es León Bautista Alberti (siglo XV) y Sebastián Serlio (siglo XVI)  lo describe por primera vez como quinto orden [4]
      En el pilar Vandelvira establece en el alzado una bella armonía de elegancia y proporción. Por abajo el pedestal, y por encima, sobre los capiteles, un entablamento con el dado supletorio –como le llama Galera Andreu- para conseguir más altura sin desajustar la proporción. En esto Vandelvira dejó constancia de su maestría. Sobre el capitel Vandelvira eleva un pilar cruciforme que articula  tres entablamentos; el más próximo al capitel está formado por un arquitrabe de tres bandas rematadas por una leve cornisa; el segundo más


[1]  Chueca Goitia, F., op.cit página 183.
[2] Galera Andreu, P., op.cit.
[3]  Galera Andreu, P., op. Cit. Página 72
[4] Summerson j., op. Cit.
  

complejo formado por siete cuerpos de menos a más saledizos, siendo el último una cornisa saliente para cerrar ópticamente el conjunto; por encima hay otro más leve que sirve de apoyo al arranque de los arcos no siendo bien  visible para el observador desde la planta de la iglesia.

       El pilar exento constituye todo un símbolo, como un cetro o trofeo de triunfo, un icono a la arquitectura.
  
                                                            Pilar de la catedral de Jaén. 


Muros interiores
     
       Nada queda improvisado. Todo queda bajo un diseño puro de arquitectura, conjunción y armonía. La cabecera plana queda estructurada en cinco espacios, tres grandes en el centro, el del medio de más amplitud corresponde a la capilla del Santo Rostro, a un lado la capilla de San Fernando, al otro la de Santiago. Espacios que quedan divididos en dos cuerpos protagonizados por arcos de medio punto en su parte inferior y unos vanos serlianos en la parte superior. Esos vanos repartidos por todo el templo es lo que hace comunicar el espacio interior con el exterior, lo que matiza el concepto reseñado por Chueca Goitia sobre el sentido civil de la arquitectura de esta catedral.
       Carácter propio de esta obra definido muy bien por el profesor Galera Andreu al hablar del alzado de sus muros “donde de nuevo asistimos al desarrollo de una lógica sencilla pero eficaz, -forma abarcante- a partir de la proyección del arco de medio punto formero entre pilar y pilar que se subdivide en dos capillas hornacinas en la planta inferior aprovecando el estribo interior del refuerzo del muro como divisoria entre ambas. Una franja por encima, equivalente a los triforia medievales, en los que abren dos balcones a plomo sobre las capillas, responde a una amplia planta compartimentada en diversas estancias" [1].
        Columnas y pilastras, arcos de medio punto, hornacinas, vanos vivos y ciegos, frontones rectos y curvos, óculos, entablamentos, relieves decorativos, vanos serlianos, … todo queda perfectamente unido bajo una armonía sin par en donde la simetría es una virtud. Pongámonos bajo el crucero y miremos a las puertas inyeriores tanto del lado Norte como del lado Sur. Un elogio a la arquitectura.

       Muros exteriores
      
       Su armonía y disposición de los vanos acrecientan el carácter civil que Chueca Goitia definió en este edificio. Una casa para la oración y para la ciudad, o una casa de la ciudad para la oración. Este carácter viene matizado por la galería alta en su lado Sur en donde sies vanos en orden toscano con arco de medio punto forman un ángulo bellísimo funcional y espiritual para presagiar cómo es  el interior del templo y como es la belleza urbana y natural de Jaén. La unión de los espiritual con lo natural.
      El carácter férreo, de templo inexpugnable lo tenemos en su partre baja, patente en el muro Sur que se corresponde con la sacristía y el panteón de Canónigos (1554-1577). Por el resto del templo y en su parte inferior vanos rectagulares decorados con unas simples molduras; en sus partes superiores, separados del bajo por una cornisa, los vanos ganan en calidad y en estética. Son obra de Juan de Aranda; vanos adeintelados con moldura de orejones coronados por un frontón curvo muy saliente, con tres ménsulas que sujetan el piso de la balconada; debajo una moldura deja ver un original dibujo cerrado y liso que sirve para coronar el vano redondo u óculo que le precede por debajo.  En el lado Norte los óculos son rectangulares. Por encima de este cuerpo,  el superior; todo jalonado por las bellas serlianas que dejan sus transparencias y luz en el interior, coronadas con un gran frontón curvo que aloja en su interior uno recto. Frontones que se reparten y que decoran todo el borde superior que remata el templo. Coincidiendo con los ejes verticales en las aristas y contrafuertes, bellos pináculos, de varios cuerpos, como elementos recuperados de la no muy  lejana estética medieval.
       Breve mención a la fachada Este y del Sagrario.
       La fachada Este, en su parte inferior. Guarda el friso gótico muy tardío –flamígero- de la primitiva fábrica medieval, datado en 1500 y de Enrique Egas; bello relieve que es una alegoría de la Resurrección[2].


[1] VV.AA.Vandelvira Renacimiento del Sur. Exposición 500 aniversario. Jaén 2017.
[2] Lara López, Luis E., “El Friso Gótico de la Catedral de Jaén: Una Alegoría de la Resurrección” IEG Boletín 172, tomo II.

                                                                Friso de la vieja fábrica gótica. Detalle.


 En la parte superior de este testero, tres vanos que coinciden con las naves en el inteior del templo; vanos rectangualres –balcones- con frontón curvo los laterales y recto el central más elevado sobre el alero del tejado; este está decorado a la derecha por el escudo de Baltasar de Moscoso y Sandoval, y a la izquierda por el bello escudo de la catedral de Jaén: Virgen con Niño sobre el lagarto o dragón y Jaén amurallada a sus pies. Bajo el frontón y el dintel, dentro de la moldura una guirnalda, muy romana, como elemento decorativo.
     Por encima una serliana en el centro destaca sobre los vanos laterales más sencillos.
    El Sagrario aporta  unidad arquitectónica en el exterior del templo y vienen a equilibrar todo el conjunto en su volúmen. La portada, vano adintelado decorado por un frontón curvo y sobre este un vano rectangular apaisado; todo enmarcado por dos columnas corintias elevadas por una gran base o plinto, cerrando el conjunto un severo entablamento en donde vuela una gran cornisa. Por sus otros lados, pilastras corintias, rompen la sobriedad del muro, apareciendo el sentido neoclásico en la fachada opuesta a la principal, cuyo modelo lo tenemos también en el cuerpo central del ayuntamiento de Andújar. Todo queda coronado por una artística balaustrada destacando a San Miguel, San Pedro y San Pablo en la fachada principal; alegorías de la Caridad, la Gracia, la Inocencia y la Sabiduría sobre la calle Campanas; y Melquisedec, Sansón, Isaac y David en la fachada oriental[1].


[1] Galera Andreu, P.A. “La Catedral de Jaén” Everest León 1983.

                                                       Catedral de Jaén: lado Oeste y Norte con el Sagrario

La fachada principal. Mención especial debe tener la fachada principal[1] en el conjunto del alzado exterior. Se ajusta perfectamente a la idea arquitectónica del templo en su conjunto como obra renacentista a pesar de ser una obra barroca de la segunda mitad del XVII, obra de Eufrasio López de Rojas, discípulo de Juan de Aranda. Los elementos barrocos están ajustados al esquema clásico de la simetrís y proporción mandando la verticalidad que da sentido a la fachada y que deja intuir el interior del templo. Horizontalmente dos grandes cuerpos –como el resto del templo- enmarcado por las bellas torres. En el cuerpo bajo tres vanos con arco de medio punto, el central con más luz, se corresponden con las tres naves; ocho columnas corintias adosadas sobre elevados plintos, y sobre sus capiteles porciones de entablamentos que dejan ver un adorno como base de la cornisa que sirve de apoyo al cuerpo superior. Las columnas que jalonan la entrada principal pareadas. Sobre las puertas  bellos relieves, y donde no hay puertas horbacinas con personajes; por encina una balconada con vanos de arco de medio punto, todos con adornos barrocos en sus claves destacando en el balcón principal dos angelotes sosteniendo el paño con el Santo Rostro. A continuación una balaustrada que da sentido civil y palaciego al conjunto, insistiendo así en la idea de Chueca Goitia; sobre la balautrada, coincidiendo con las columnas pedestales que sirven de base a esculturas de los cuatro evangelistas en el centro y de los cuatro padres de la Iglesia Occidental en los laterales; en el centro  la figura de Fernando III. En el cuerpo superioro unas pilastras siguen marcando la verticalidad y juego con las columnas del inferior, también con sus adornos barrocos, muy bien definidos y muy claros; tres vanos, el central con arco de medio punto, los laterales adintelados pero coronados por unos frontones rectos; las pilastras pareadass del centro sirven de base a un frontón recto quebardo que encierra en su tímpano un motivo  barroco con una cartela oval con la fecha de 1668. Los pináculos se vuelven a repetir. Como índices señalan al cielo.


[1] Galera Andreu, P.A., “La fachada de la Catedral de Jaén y la consolidación de la arquitectura efímera” Estudios sobre Literatura y Arte dedicados al profesor Orozco Díaz. Universidad de Granada 1979.


                                                                    Catedral de Jaén: fachada, detalle.
    




Sala Capitular
           En sus muros aparecen definidos, sobre un zócalo,  tramos con arcos de medio punto entre pares de pilastras jónicas, que alojan entre sus intercolumnios dos hornacinas aveneradas. Es la sobriedad y purismo arquitectónico. Lo clásico por excelencia. Es un espacio decorado de clara intención bramantesca a través de Pedro Machuca que realizaría el Palacio de Carlos V en la Alhambra de Granada. En una época de Renacimiento, tener una obra de Bramante en Jaén se debe a que fue el arquitecto italiano quien reformuló la gramática de la antigua Roma con unos edificios (como San Pietro in Montorio costeado por los Reyes Católicos) que tuvieron unas repercusiones enormes[1]. En el libro de Chueca Goitia ya citado, hay un magnífico dibujo del alzado del arquitecto Luis Berges.

         Sacristía
         Vandelvira fue más libre a la hora de diseñar la sacristía. Nos encontramos ante una obra maestra de la arquitectura manierista[2], un espacio cerrado, de interior que ha pasado a ser universal, “un espacio singular de este templo y también de la arquitectura espñola” en palabras de Galera Andreu.
         En su conjunto aparecen dos cuerpos, siguiemdo la tónica del conjunto catedralicio. El inferior está marcado prodigiosamente por un conjunto de columnas corintias exentas -36 en total-  sobre plintos más otras adosadas que embellecen al muro; sobre los capiteles un original entablamento que sirve de apoyo a loas arcos de medio punto; sobre los arcos más pequeños unas cartelas decorativas. Entre los plintos, en ese espacio se alojan las cajoneras para guardar los enseres de la liturgia. Los espacios intercolumnios no son iguales, existiendo dos medidas jugando Vandelvira con la verticalidad de su simetría.


[1] Summerson, J., op. cit
[2] Catálogo de la exposición ya citado; página 105.


En el superior, una cornisa sujetada por unas ménsulas sireve de base a un juego de arcos de medio punto que tienen continuación con los del cuerpo inferior, ya empotrados en la cubierta de la bóveda de cañón. Veo cierta similitud con las líneas de la Logetta de Sansovino a los pies del campanile de la plaza de San Marcos en Venecia La parte superior de los lados cortos con los tres arcos y un óculo rematando sobre el arco central mayor, lo tenemos en los lados de la citada logetta. 
  



 
Sacristía Catedral de Jaén.




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