“Es un Arca. Un Arca de Luz.
Es rectangular como el templo de Salomón. Es el templo de Salomón. La Ciudad de Dios.”
“Catedral” de Juan Eslava Galán
No hay una obra
arquitectónica en el mundo que guarde mejor la unidad espacial y líneas
arquitectónicas, a pesar de haber durado
su construcción tanto en el tiempo y haber tenido varios maestros arquitectos,
así como otros tantos progenitores como fueron los prelados de la diócesis. Un
tiempo que abarca desde 1368 hasta el 1801.
Y esto ha sido debido a la
persistencia de lo clásico.
En 1992 los profesores Lázaro Gila
Medina y Vicente M Ruiz Fuentes[1],
al hablar de la vida y obra de Andrés de Vandelvira, echaban en falta una monografía sobre la
Catedral de Jaén. Monografía o monografías ya realizadas
[1] Catálogo de la Exposición ARQUITECTURA DEL RENACIMIENTO EN
ANDALUCÍA. ANDRÉS DE VANDELVIRA Y SU ÉPOCA
que tuvo lugar en la Catedral de Jaén
entre el 2 de octubre y el 30 de
noviembre de 1992, organizada por la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Jaén.
por el profesor que ha
estudiado más y mejor el magno edificio, Pedro Galera Andreu[1].
La Catedral de Jaén[2]
es una obra del siglo XVI, del Renacimiento, del Clasicismo. Un tiempo clave
para las nuevas concepciones en todos los aspectos de la vida.
Todas las religiones han tratado de
conceptualizar, de materializar en la tierra el espacio para la oración. La
casa de Dios en la Tierra. Un espacio que debe de representar y de concretizar tierra-cielo, tierra-cosmos, tierra-universo,
lugar de la morada de Dios y de todos los dioses. Debe de prevalecer el centro
místico: cielo y tierra.
Templo de Salomón
Ese templo, al que hay que seguir e
imitar será el Templo de Salomón en Jerusalén. El templo de Salomón fue
edificado por primera vez por Salomón en el 960 a. C. y su planta era
rectangular, hecho que tendremos en cuenta y que no debemos olvidar, así como
sus espacios interiores de planta cuadrada y de alzado cúbicos. Según fuentes
bíblicas tenía 27 metros de largo, 9 de ancho y 13,5 de altura, espacio
interior dividido en tres recintos: vestíbulo, lugar santo llamado Hejal y
lugar más santo, el sancta sactorum, algo más elevado respecto a la planta del
templo, hecho también a tener en cuenta; aquí se guardaba el Arca de la Alianza.
Nabucodonosor II de Babilonia lo
destruyó en el 586 llevándose a los
hebreos cautivos. Más tarde Zorobabel logra retornar a Jerusalén con un
renovado pueblo judío, erigiendo el segundo templo en el 516 a.C. que Herodes
en el 19 a.C. renovaría. Más complejo que el anterior, tenía un patio-jardín y
una zona para gentiles, no dejará de ser
su planta rectangular. En el 70 d.C. fue destruido por los romanos, por Tito,
teniendo en los foros de Roma, en su arco, una escena con la llevada del
candelabro de los siete brazos o menorah. De este templo solamente quedó en pie
el llamado muro de las lamentaciones o kotel, perteneciendo a la parte
occidental del templo. Es el referente más sagrado para el judaísmo.
En el templo de Salomón, según Filón y Flavio
Josefo, figuraba el cosmos y su interior se hallaba dispuesto con arreglos a
esa significación; el altar de los perfumes significaba la acción de gracias;
el candelabro de los siete brazos los siete cielos planetarios; la mesa, el
orden terrestre; sobre ella los doce panes se identifican con los doce meses;
el arca se identifica con lo inteligible[3].
Arquitectos románicos, góticos y renacentistas trataron de repetir el arquetipo
del templo de Salomón. Entre 1596 y 1604 se publica en Roma varios volúmenes
sobre la hipotética reconstrucción del templo de Salomón basada en los textos
sagrados[4].
[1] Galera Andreu, P., “La catedral de Jaén” Everest, León 1983. No
podemos olvidar el interesante estudio “La Catedral de Jaén: Unidad en el
Tiempo” del arquitecto Antonio Ortega Suca, editado por la Delegación de Jaén
del Colegio Oficial de Arquitectos de Andalucía Oriental, 1991.
[2] En el libro de Ortega Suca tengo escrito: “Jaén, diciembre de 1991. Buen libro para despedir el año. Los
jienenses no saben aún lo que tienen ¡Una Catedral!”
[3] Davy, M. “Essai sur la Symbolique Romane. París 1955.
[4] Cirlot, J.E. “Diccionario de Símbolos” Ed Labor 1985.
especialmente las
arquitectónicas, son portadoras de un mensaje, en cuanto que son obras
eminentemente simbólicas[1].
Los espacios pequeños, pero
encantadores, como San Pedro de la Nave en Zamora conviven espacios majestuosos
como Santa Sofía en Estambul, y ya en occidente, dentro de la historia del
cristianismo, las iglesias del Románico, con sus plantas de cruz latina con
girola y ábsides, pilares cruciformes, gruesos muros con contrafuertes en el
alzado y bóvedas de arista o de cañón como cerramiento y cimborrios, darán paso
a las plantas góticas, más complejas, cruciformes
(cruz latina) pero con un gran desarrollo en la cabecera con girola y capillas
en sus ábsides; pilar de haces de baquetones, finos muros con vidrieras,
contrafuertes, arbotantes y pináculos en su alzado y cerramiento de bóvedas de
crucería y cimborrios en el crucero. El gótico se identifica con el triunfo de
la Iglesia tras el renacimiento burgués del XIII, lejos en el tiempo la
ruralización del románico con el terror milenario en sus gentes. La devoción
mariana, a la Virgen, relevará a la devoción a Cristo. El antropocentrismo ha
dejado atrás al teocentrismo. La concepción antropomórfica del edificio eclesiástico con base de la
interpretación de la Iglesia como cuerpo
místico de Cristo[2]. En
el siglo XV hay una revisión del gótico, simplificándose sus plantas cuyo
ejemplo lo tenemos en el arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón: planta
rectangular, basilical con una cabecera de ábside poligonal, quedando la cruz
inscrita en el rectángulo. Este Gótico
será el que le de la mano a la Catedral de Jaén.
La Catedral de Jaén
La arquitectura clásica hunde sus
raíces en la Antigüedad, en los mundos de Grecia y Roma, en la arquitectura
religiosa de Grecia y en la arquitectura militar, civil y religiosa de los
romanos[3].
LA PLANTA
Es basilical. Un gran rectángulo.
Una planta que nos lleva al mundo antiguo. Cuando Constantino declara libertad
de culto para los cristianos mediante el Edicto de Milán en el 313, el
cristianismo sale de las catacumbas, necesitando unos edificios para erigir sus
nuevos templos; en los foros de las
ciudades romanas –el de Roma era el más importante- se fijan en las basílicas como
modelos para sus futuras iglesias.
Basílica Nova de Majencio en el Foro de Roma.
Fijémonos en su alzado y en su planta.
La basílica era un gran
edificio público cuya función principal era el acoger los tribunales de
justicia. La primera construida en Roma fue la Basílica Porcia construida en el
184 a.C., a la que le seguirían la Fulvia y Sempronia en el 179 y 170 a.C.
respectivamente. En el siglo I a.C. tienen un gran desarrollo teniendo los
ejemplos de la basílica Paulli (55 a.C.) y Julia (46 a.C.), y más tarde en el
112 d.C. la basílica Ulpia costeada por Trajano. Todas están constituidas por
un gran espacio rectangular dividido internamente por filas de columnas que formaba una nave central
con naves laterales. En el 306 Majencio
comienza a edificar la basílica Nova que terminaría Constantino I en el 313
d.C.[1]
La obra es impresionante, con unas medidas de 96 x 65 metros, sus naves
laterales estaban cubiertas por bóvedas de cañón perpendiculares a la nave
central, más alta cubierta por bóvedas de arista. Muy interesante en su alzado,
en la nave central, las columnas junto a
los pilares que servían de apoyo al arranque de las bóvedas de arista. Uno se
impresiona cuando se topa con las ruinas de esta obra al recorrer el foro de
Roma.
La planta de la catedral gótica que
mantiene Alonso Suarez de la Fuente del Sauce (1500-1520) con capilla mayor
destacada sobre la cabecera se cambiaría cuando se desploma el cimborrio
octogonal levantado sobre el crucero; la nueva organización espacial buscará la
planta de salón más en consonancia con los presupuestos estéticos y espaciales
del clasicismo[2].
Es muy interesante las tipologías de
plantas que se dan en los templos en toda la geografía española, en obras
comenzadas en el XV y modificadas o terminadas en el XVI, Por ejemplo la
catedral Nueva de Salamanca es una ejemplo muy tardío del gótico cuyas obras
comienzan en 1513. Aquí la cabecera será plana.
[1] Claridge, A., “Roma, Guía Arqueológica”. Acento Ed. Madrid 1999.
[2] Galera Andreu, P. “La Catedral de Jaén” Lunwerg SL Editores
Barcelona, Madrid, México 2009.
Catedral
Nueva de Salamanca. En su lado inferior izquierdo la catedral Vieja.
La catedral de Segovia
comienza en 1525, la última gran catedral gótica de nuestra geografía,
mantienen el modelo de girola en su cabecera, estando implicados los Gil de
Hontañón, padre e hijo, en su construcción.
En Andalucía tenemos dos plantas
que evocan este concepto medievalista pero con ideal renacentista: la Catedral
de Granada y la Sacra Capilla del Salvador de Úbeda.
Catedral de Granada
Sacra Capilla del Salvador
En la
catedral de Granada, el primer proyecto es de 1506 debido a Enrique Egas que
concibe un templo gótico de clara inspiración toledana. En 1529 Diego de Siloé
se hace cargo de las obras, respeta la planta original pero la cabecera ya no
es la girola gótica al estar perfectamente unida espacialmente con el resto de
la planta basilical de cinco naves. Earl Rosenthal, emérito profesor de la
Universidad de Chicago, al conocer la planta de la catedral granadina, lo califica de un edificio revolucionario en
el arte hispano, buscando su antecedente y encontrándolo en la
iglesia de la Natividad de Belén, utilizando Siloé un martiryum en la cabecera[1].
La Sacra Capilla del Salvador está
hermanada con la catedral granadina por la planta. Obra también de Siloé es
tomada por Vandelvira cuando Siloé abandona la misma respetando la planta, que
es una combinación de una rotonda clásica y nave longitudinal con capillas en
nicho, siendo uno de los escasos intentos realizados en España por incorporar
la idea de la planta centralizada, de concepto neoplatónico, tan en boga en la
arquitectura italiana del Renacimiento[2].
La sacristía, de planta rectangular, obra maestra de Andrés de Vandelvira.
La Catedral de Jaén no será ajena a
esta nueva concepción espacial y la fecha de 1525 será clave por la caída del
viejo cimborrio medieval y por la muerte del obispo Suarez de la Fuente del
Sauce en 1520. Llega a la cátedra episcopal Esteban Gabriel Merino (1523-1535)
que deja organizada la financiación de la catedral de cara a su futuro. Nuevos
tiempos que marcarán la necesidad
material-funcional, e ideológica, de hacer una “nueva” catedral, que cerraba a
la vez un tiempo pasado y abría otro cargado de futuro, como muy bien
observa el Profesor Galera[3].
[1] Palomero Páramo, J., “Historia del Arte” Algaida Ed. 2001
[2] VV.AA. “Guía Artística de Jaén y su Provincia” Fundacióm José
Manuel Lara. Sevilla 2005. Este texto corresponde a Arsenio Moreno Mendoza,
director de la obra.
[3] Galera Andreu, P., op. Cit.
Este futuro de la obra
catedralicia, ya con testero plano, dejaba ver una gran planta basilical de
cara a su futuro. Un gran rectángulo. Yo veo armonía y proporción. No soy
matemático y no sé si este espacio corresponde al rectángulo áureo[1].
Este espacio que dibujó Chueca Goitia en su magnífica obra sobre Vandelvira[2].
Es una planta basilical. Sus espacios interiores como Sacristía, Sala Capitular
y Sagrario son también de planta rectangular. Las primeras, bajo la maestría de
Vandelvira, condicionan todo el proyecto posterior, como muy bien ve el
profesor Galera[3].
El Sagrario es obra de Ventura Rodríguez.
Sala Capitular
Fechada en 1556, tiene una antesala
cuadrada que comunica a la sala Capitular con el resto del templo catedralicio por la capilla del testero más
[1] El libro de Ortega Suca ya reseñado es muy interesante sobre este
tema.
[2] Chueca Goitia, F., “Andrés de Vandelvira Arquitecto” I.E.G. 1971
[3] Galera Andreu, P., op. cit
próxima en el lado de la
Epístola, la de Santiago; una Sala Capitular, perfecta y armoniosa, rectangular
que mide 14 x 7 metros. Este espacio queda perfectamente articulado y unido con
el resto del templo.
Sacristía
De planta rectangular como su
antesacristía, es el espacio más vandelviriano por excelencia, viendo ya en la
disposición de la planta su funcionalidad. Un espacio para la universalidad en
el arte de la Arquitectura. Está datada en 1563 en la portada y en 1564 en su
interior. Sacristía y Sala Capitular forman un conjunto de lo más importante de
la arquitectura del siglo XVI[1].
Sagrario
Con la construcción del Sagrario por
Ventura Rodríguez (1764-1800), se concluía todo el espacio catedralicio ideado
por Vandelvira en 1553 con las realizaciones de la Sala Capitular y Sacristía,
como dice el profesor Galera “con el
proyecto del Sagrario no sólo se concluía un elemento auxiliar de la catedral,
sino la catedral misma en su conjunto, obra del Sagrario que resulta
fundamental tanto por estática como por estética”[2].
El arquitecto madrileño equilibra perfectamente la planta de la catedral al
igualar su espacio con el de la Sala Capitular y Sacristía juntas. De nuevo el
rectángulo para acoger el espacio central oval, sacristía en la cabecera y
vestíbulo a sus pies.
ALZADO
Soportes. El pilar de la Catedral de Jaén
se ajusta a la idea original en su conjunto, según el profesor Galera Andreu,
puntualizando que “es el más elegante y
mejor proporcionado de toda la serie del siglo XVI en Andalucía oriental”[3].
Es un pilar cruciforme con pedestal
cuadrado, con cuatro semicolumnas con
capiteles de orden corintio compuesto –bellísimos- que se corresponden en el
muro en forma de semipilar. Este soporte vandelviriano lo vemos ya en la
iglesia conventual de Santa María Magdalena en La Guardia en 1542.
Sobre el orden compuesto, Vitrubio,
tratadista del siglo I a.C., no describe este orden que combina elementos
propios del Corinto con el jónico. Probablemente surgió posteriormente con
respecto a los otros órdenes, pues el
primero que lo menciona es León Bautista Alberti (siglo XV) y Sebastián Serlio
(siglo XVI) lo describe por primera vez
como quinto orden [4]
En el pilar Vandelvira establece en el
alzado una bella armonía de elegancia y proporción. Por abajo el pedestal, y
por encima, sobre los capiteles, un entablamento con el dado supletorio –como
le llama Galera Andreu- para conseguir más altura sin desajustar la proporción.
En esto Vandelvira dejó constancia de su maestría. Sobre el capitel Vandelvira
eleva un pilar cruciforme que articula
tres entablamentos; el más próximo al capitel está formado por un
arquitrabe de tres bandas rematadas por una leve cornisa; el segundo más
complejo formado por siete
cuerpos de menos a más saledizos, siendo el último una cornisa saliente para
cerrar ópticamente el conjunto; por encima hay otro más leve que sirve de apoyo
al arranque de los arcos no siendo bien visible para el observador desde la planta de
la iglesia.
El pilar exento constituye todo un
símbolo, como un cetro o trofeo de triunfo, un icono a la arquitectura.
Muros interiores
Nada queda improvisado. Todo queda bajo
un diseño puro de arquitectura, conjunción y armonía. La cabecera plana queda
estructurada en cinco espacios, tres grandes en el centro, el del medio de más
amplitud corresponde a la capilla del Santo Rostro, a un lado la capilla de San
Fernando, al otro la de Santiago. Espacios que quedan divididos en dos cuerpos protagonizados
por arcos de medio punto en su parte inferior y unos vanos serlianos en la
parte superior. Esos vanos repartidos por todo el templo es lo que hace
comunicar el espacio interior con el exterior, lo que matiza el concepto
reseñado por Chueca Goitia sobre el sentido civil de la arquitectura de esta
catedral.
Carácter propio de esta obra definido
muy bien por el profesor Galera Andreu al hablar del alzado de sus muros “donde de nuevo asistimos al desarrollo de
una lógica sencilla pero eficaz, -forma abarcante- a partir de la proyección
del arco de medio punto formero entre pilar y pilar que se subdivide en dos
capillas hornacinas en la planta inferior aprovecando el estribo interior del
refuerzo del muro como divisoria entre ambas. Una franja por encima, equivalente
a los triforia medievales, en los que abren dos balcones a plomo sobre las
capillas, responde a una amplia planta compartimentada en diversas
estancias" [1].
Columnas y pilastras, arcos de medio
punto, hornacinas, vanos vivos y ciegos, frontones rectos y curvos, óculos,
entablamentos, relieves decorativos, vanos serlianos, … todo queda
perfectamente unido bajo una armonía sin par en donde la simetría es una
virtud. Pongámonos bajo el crucero y miremos a las puertas inyeriores tanto del
lado Norte como del lado Sur. Un elogio a la arquitectura.
Muros exteriores
Su armonía y disposición de los vanos
acrecientan el carácter civil que Chueca Goitia definió en este edificio. Una
casa para la oración y para la ciudad, o una casa de la ciudad para la oración.
Este carácter viene matizado por la galería alta en su lado Sur en donde sies
vanos en orden toscano con arco de medio punto forman un ángulo bellísimo
funcional y espiritual para presagiar cómo es
el interior del templo y como es la belleza urbana y natural de Jaén. La
unión de los espiritual con lo natural.
El carácter férreo, de templo
inexpugnable lo tenemos en su partre baja, patente en el muro Sur que se corresponde
con la sacristía y el panteón de Canónigos (1554-1577). Por el resto del templo
y en su parte inferior vanos rectagulares decorados con unas simples molduras;
en sus partes superiores, separados del bajo por una cornisa, los vanos ganan
en calidad y en estética. Son obra de Juan de Aranda; vanos adeintelados con
moldura de orejones coronados por un frontón curvo muy saliente, con tres
ménsulas que sujetan el piso de la balconada; debajo una moldura deja ver un
original dibujo cerrado y liso que sirve para coronar el vano redondo u óculo
que le precede por debajo. En el lado
Norte los óculos son rectangulares. Por encima de este cuerpo, el superior; todo jalonado por las bellas
serlianas que dejan sus transparencias y luz en el interior, coronadas con un
gran frontón curvo que aloja en su interior uno recto. Frontones que se
reparten y que decoran todo el borde superior que remata el templo.
Coincidiendo con los ejes verticales en las aristas y contrafuertes, bellos
pináculos, de varios cuerpos, como elementos recuperados de la no muy lejana estética medieval.
Breve mención a la fachada Este y del
Sagrario.
La fachada Este, en su parte inferior.
Guarda el friso gótico muy tardío –flamígero- de la primitiva fábrica medieval,
datado en 1500 y de Enrique Egas; bello relieve que es una alegoría de la
Resurrección[2].
[1] VV.AA.Vandelvira Renacimiento del Sur. Exposición 500
aniversario. Jaén 2017.
[2] Lara López, Luis E., “El Friso Gótico de la Catedral de Jaén: Una
Alegoría de la Resurrección” IEG Boletín 172, tomo II.
Friso de la vieja fábrica gótica. Detalle.
En la parte superior de este testero, tres vanos que coinciden con
las naves en el inteior del templo; vanos rectangualres –balcones- con frontón
curvo los laterales y recto el central más elevado sobre el alero del tejado;
este está decorado a la derecha por el escudo de Baltasar de Moscoso y
Sandoval, y a la izquierda por el bello escudo de la catedral de Jaén: Virgen
con Niño sobre el lagarto o dragón y Jaén amurallada a sus pies. Bajo el
frontón y el dintel, dentro de la moldura una guirnalda, muy romana, como
elemento decorativo.
Por encima una serliana en el centro destaca
sobre los vanos laterales más sencillos.
El Sagrario aporta unidad arquitectónica en el exterior del
templo y vienen a equilibrar todo el conjunto en su volúmen. La portada, vano
adintelado decorado por un frontón curvo y sobre este un vano rectangular
apaisado; todo enmarcado por dos columnas corintias elevadas por una gran base
o plinto, cerrando el conjunto un severo entablamento en donde vuela una gran
cornisa. Por sus otros lados, pilastras corintias, rompen la sobriedad del
muro, apareciendo el sentido neoclásico en la fachada opuesta a la principal,
cuyo modelo lo tenemos también en el cuerpo central del ayuntamiento de
Andújar. Todo queda coronado por una artística balaustrada destacando a San
Miguel, San Pedro y San Pablo en la fachada principal; alegorías de la Caridad,
la Gracia, la Inocencia y la Sabiduría sobre la calle Campanas; y Melquisedec,
Sansón, Isaac y David en la fachada oriental[1].
Catedral de Jaén: lado Oeste y Norte con el Sagrario
La fachada principal.
Mención especial debe tener la fachada principal[1]
en el conjunto del alzado exterior. Se ajusta perfectamente a la idea
arquitectónica del templo en su conjunto como obra renacentista a pesar de ser
una obra barroca de la segunda mitad del XVII, obra de Eufrasio López de Rojas,
discípulo de Juan de Aranda. Los elementos barrocos están ajustados al esquema
clásico de la simetrís y proporción mandando la verticalidad que da sentido a
la fachada y que deja intuir el interior del templo. Horizontalmente dos
grandes cuerpos –como el resto del templo- enmarcado por las bellas torres. En
el cuerpo bajo tres vanos con arco de medio punto, el central con más luz, se
corresponden con las tres naves; ocho columnas corintias adosadas sobre
elevados plintos, y sobre sus capiteles porciones de entablamentos que dejan
ver un adorno como base de la cornisa que sirve de apoyo al cuerpo superior.
Las columnas que jalonan la entrada principal pareadas. Sobre las puertas bellos relieves, y donde no hay puertas
horbacinas con personajes; por encina una balconada con vanos de arco de medio
punto, todos con adornos barrocos en sus claves destacando en el balcón
principal dos angelotes sosteniendo el paño con el Santo Rostro. A continuación
una balaustrada que da sentido civil y palaciego al conjunto, insistiendo así
en la idea de Chueca Goitia; sobre la balautrada, coincidiendo con las columnas
pedestales que sirven de base a esculturas de los cuatro evangelistas en el
centro y de los cuatro padres de la Iglesia Occidental en los laterales; en el
centro la figura de Fernando III. En el
cuerpo superioro unas pilastras siguen marcando la verticalidad y juego con las
columnas del inferior, también con sus adornos barrocos, muy bien definidos y
muy claros; tres vanos, el central con arco de medio punto, los laterales
adintelados pero coronados por unos frontones rectos; las pilastras pareadass
del centro sirven de base a un frontón recto quebardo que encierra en su
tímpano un motivo barroco con una
cartela oval con la fecha de 1668. Los pináculos se vuelven a repetir. Como
índices señalan al cielo.
[1] Galera Andreu, P.A., “La fachada de la Catedral de Jaén y la
consolidación de la arquitectura efímera” Estudios sobre Literatura y Arte
dedicados al profesor Orozco Díaz. Universidad de Granada 1979.
Catedral de Jaén: fachada,
detalle.
Sala Capitular
En sus muros aparecen definidos,
sobre un zócalo, tramos con arcos de
medio punto entre pares de pilastras jónicas, que alojan entre sus
intercolumnios dos hornacinas aveneradas. Es la sobriedad y purismo
arquitectónico. Lo clásico por excelencia. Es un espacio decorado de clara
intención bramantesca a través de Pedro Machuca que realizaría el Palacio de
Carlos V en la Alhambra de Granada. En una época de Renacimiento, tener una
obra de Bramante en Jaén se debe a que fue el arquitecto italiano quien
reformuló la gramática de la antigua Roma con unos edificios (como San Pietro
in Montorio costeado por los Reyes Católicos) que tuvieron unas repercusiones
enormes[1].
En el libro de Chueca Goitia ya citado, hay un magnífico dibujo del alzado del
arquitecto Luis Berges.
Sacristía
Vandelvira fue más libre a la hora de
diseñar la sacristía. Nos encontramos ante una obra maestra de la arquitectura
manierista[2],
un espacio cerrado, de interior que ha pasado a ser universal, “un espacio singular de este templo y
también de la arquitectura espñola” en palabras de Galera Andreu.
En su conjunto aparecen dos cuerpos,
siguiemdo la tónica del conjunto catedralicio. El inferior está marcado
prodigiosamente por un conjunto de columnas corintias exentas -36 en
total- sobre plintos más otras adosadas
que embellecen al muro; sobre los capiteles un original entablamento que sirve
de apoyo a loas arcos de medio punto; sobre los arcos más pequeños unas
cartelas decorativas. Entre los plintos, en ese espacio se alojan las cajoneras
para guardar los enseres de la liturgia. Los espacios intercolumnios no son
iguales, existiendo dos medidas jugando Vandelvira con la verticalidad de su
simetría.
En el superior, una
cornisa sujetada por unas ménsulas sireve de base a un juego de arcos de medio
punto que tienen continuación con los del cuerpo inferior, ya empotrados en la
cubierta de la bóveda de cañón. Veo cierta similitud con las líneas de la
Logetta de Sansovino a los pies del campanile de la plaza de San Marcos en
Venecia La parte superior de los lados cortos con los tres arcos y un óculo
rematando sobre el arco central mayor, lo tenemos en los lados de la citada
logetta.
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