Cuando Ricardo Silva Jorge llega a Andújar es el final
de la década de los setenta, 1978, 1979. Una década muy importante en nuestra
Historia reciente. En España unos años antes había muerto el General Franco y con él el Franquismo.
Adolfo Suarez lideró un nuevo proyecto que nos llevaría a la Constitución de
1978 con Juan Carlos I como monarca. En Andújar, como en todos los municipios
de España llegaban las elecciones municipales que nos traería unos gobiernos
locales muy beneficiosos para las ciudades pues estas
con el paso del tiempo mejorarían sus
infraestructuras, su imagen y calidad medio ambiental y entre ellas aparecerán
nuevos edificios. Los PGOU crean una nueva realidad. Ricardo Silva estará hasta
1996 ampliando nuevos horizontes en la Costa del Sol. Unos 17 años en Andújar.
En Andújar, la Andújar que se encuentra Ricardo Silva está marcada por
unos edificios, algunos estudiados por Rafael Casuso, destacando el mercado de
Abastos, obra funcionalista de la II República pero terminada en la posguerra;
el Cine Tívoli, obra funcional-expresionista de Fernando Alzado (1934); la obra
de Regiones Devastadas en la plaza de España (1941-43); la barriada de la plaza
de Toros en sus tres fases (1957); el seminario menor de los PP Paules de Luis
Laorga o una integración perfecta entre arquitectura y paisaje; el I.N.B.
“Nuestra Señora de la Cabeza”(1961) obra de Miguel Fisac. Algunos ejemplos
regionalistas, algunos ejemplos eclécticos y poco más. En relación con el patrimonio, se había roto,
al principio de los sesenta, la Judería con la avenida Doce de Agosto y el
Ministerio de Cultura nada sabía sobre la monumentalidad de Andújar, habiendo
un cruce de cartas en el diario El País entre Manuel Toribio y Javier Tussell.
A raíz de esa inquietud el Ministerio toma cartas en el asunto y una serie de
técnicos llegan a Andújar quedando sorprendidos de la riqueza monumental de
nuestra ciudad. José Domínguez Cubero realiza los expedientes oportunos
requeridos por Cultura que a instancias de sus técnicos ven la posibilidad de
que se declare un conjunto histórico a la ciudad de Andújar, de ahí la
explicación del por qué San Bartolomé, al quedar aislado, se declare como
primer [i]
bien patrimonial. La riqueza eclesiástica del partido judicial de Andújar –para
el Ministerio de Cultura- queda reflejada en unos expedientes realizados por
Domínguez Cubero y Córcoles de la Vega, bajo la coordinación de Arsenio Moreno
Mendoza, año de 1981. Mismo año de la Autonomía Andaluza con competencias en
Cultura, expedientes que pasan a la administración autónoma. Con Pedro Calero
como alcalde, se forma una comisión mixta sobre patrimonio con políticos
locales y gente independiente conocedora de la temática urbana, comisión a la
que pertenecí.
Ricardo Silva Jorge madrileño pero vinculado a La Coruña, estudia
arquitectura en la capital de España; una capital con un Madrid, en cuanto a
arquitectura se refiere, de los
Austrias, un Madrid del XVIII, un Madrid del XIX y un Madrid del XX con las
vanguardias y con un edificio horroroso, la Almudena (1879-1993). (En Wikipedia
viene como de estilo neogótico, neoclásico y neorrománico).
Toda esta arquitectura servirá para formar a este espíritu de arquitecto
que se contagia de un gran humanismo tanto en espíritu como en la forma.
Magnífica formación que deja ver en sus
obras, planos y dibujos. Tuve con él más
de una tertulia en el desaparecido “Madrid-Sevilla” sobre formas y espacios.
Con una
magnífica formación Ricardo Silva bebe de los postulados modernos de la
arquitectura y funde en sus ejemplos las corrientes del siglo XX con una pátina
de su personalidad. Hacia suya la frase de Miguel Fisac “la arquitectura es un
trozo de aire humanizado” ya que un edificio, una casa, un proyecto urbanizador
debe de ajustarse a un espacio concreto, a una calle, a un ambiente urbano o
rural, entonando y creando paisaje. Una arquitectura que debe de dar soluciones
tando de muros para adentro como de muros hacia afuera.
En Silva
Jorge, por una parte es arquitecto racionalista,
es decir la arquitectura adaptada a las necesidades funcionales del hombre.
Esta arquitectura reúne, junto a los arquitectos, a ingenieros, pintores, escultores,
decoradores para los interiores de las casas. Hierro, hormigón, cristal marcan
la unidad de la vivienda, las líneas que
podemos ver en algunas de las obras. También le oí quejarse de algunos
espíritus de los constructores. Este
racionalismo lo tenemos muy presente en sus obras: Una conjunción de líneas
verticales que definen el espacio dentro del conjunto de la horizontalidad
marcada por el entorno, roto, a veces, lévemente por una línea inclinada para romper
la monotonía.
Pero Ricardo Silva es también arquitecto organicista, sobre todo en la vivienda unifamiliar aislada al
armonizar el edificio con el paisaje, edificio y paisaje deben de estar
plenamente integrados, y de paredes para adentro el cliente, el morador debe sentirse
realizado.
En sus
plantas armoniza y racionaliza magníficamente el espacio.
Como
materiales el ladrillo, muros estucados, mármol y calizas de distintas
texturas, pizarra, granito.
Gusta de
conjugar, en sus fachadas, líneas rectas con las líneas curvas contrastando
materiales como ladrillo y mármol como tenemos en la fuente del antiguo ferial;
o la conjunción de arcos de medio punto sobre soportes simples con
adintalamientos, creando un juego de volúmenes en movimiento al romper con
entrantes y salientes la línea de fachada. A un efecto lumínico de claros y de
sombras que resaltan al edificio.
Junto al muro utiliza la columna o el pilar;
también utiliza el arco rebajado, escarzano o de medio punto; frontones y columnas como elementos
dinamizadores de las fachadas resaltando la entrada como en las casas de la
calle los Civiles o de la plaza del Sol
En la casa
unifamiliar, presente en la exposición, se nos muestra con ese contraste de
pared estucada con madera y líneas rectas con un cuerpo cilíndrico que deja ver
una funcionalidad en su interior, con leve marcación de líneas en algunas de
sus aristas como detalle expresionista leve.
También se ejercitó como rehabilitador de edificios
como el de la esquina de la calle Laplaza-Calancha, ajustándose a las formas y
respetando los motivos ornamentales bajo los criterios más elementales de
restauración y rehabilitación.
En sus cerramientos, tejados a dos aguas con teja
árabe o de nuevo diseño con lucernarios.
En sus construcciones de casas aisladas o de
campo utiliza el elemento de la pérgola como espacio unificador con el ambiente
floral que se adentra en las viviendas con el porche salpicados de terrarios
para matizar lo natural; utiliza ladrillo, piedra, estuco.
La arquitectura es solucionar
problemas de espacio con una funcionalidad y en la muestra hay una escalera que
es una delicia por la disposición de sus tres tramos con un pequeño parterre
con árbol que sirve para articular la escalera, con una fuente al terminar el
primer tramo de ascenso. Hay aquí un
concepto de lo idílico al uso doméstico romano.
Tampoco podemos olvidar su aspecto urbanizador en donde su creación
articula magníficamente arquitectura y espacio, en donde las características
ambientales del entorno y el perímetro a urbanizar concretan las
circunstancias.
Ricardo
Silva Jorge como arquitecto y humanista, patente en la interpretación de sus
dibujos sobre proyectos con una calidad artística difícil de igualar, algo
común en muchos arquitectos pero que en Ricardo se potencia mucho más.
Hasta aquí una valoración de la obra de Ricardo Silva realizada por un
Historiador del Arte y amigo que fue de él, posiblemente, y estoy seguros,
vosotros arquitectos, sabréis valorarla mucho más. Bienvenida y enhorabuena a
esta asociación gremial que lleva su nombre perdurando aún más en el recuerdo
de todos aquellos que lo conocimos, dándoles a conocer a aquellos que no lo
conocieron. Gracias.
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